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domingo, 27 de febrero de 2011

Por qué no hay que votarles

  

Se está popu­la­ri­zando la ini­cia­tiva #noles­vo­tes, y me ale­gro. Todo esto ha sur­gido a raíz de la apro­ba­ción de la infame Ley Sinde, lo que ha lle­vado a algu­nos a pre­gun­tarse, ¿por qué dejar de votar a nadie por una ley rela­cio­nada con pági­nas web? ¿No hay temas impor­tan­tes por los que mover el voto? En mi opi­nión, hay un océano de razo­nes por las que no votar­les, océano del que la Ley Sinde tan sólo repre­senta una gota.
Pero es la que colma el vaso. Detallar dicho océano me obli­ga­ría a escri­bir una entrada inter­mi­na­ble, por lo que basta comen­tar el panorama:
Un país debe­ría estar gober­nado por ges­to­res y esta­dis­tas cua­li­fi­ca­dos. Sin embargo, una de las terri­bles secue­las que el bipar­ti­dismo ha dejado en España, es que en lugar de eso ha medrado la figura del polí­tico pro­fe­sio­nal. Gente que desde la juven­tud no se ha dedi­cado más que a cul­ti­var el arte de hablar sin decir nada para tre­par y con­se­guir poder e influen­cias, que luego inten­tan rete­ner cada cua­tro años. Y si no lo con­si­guen no importa, serán la opo­si­ción hasta recu­pe­rar el poder. Gozan de medios de comu­ni­ca­ción pro­pios que eclip­san cual­quier alter­na­tiva polí­tica, y se ase­gu­ran de que sólo ten­ga­mos en pan­ta­lla los inter­cam­bios dia­léc­ti­cos de los dos de siem­pre, ni qué decir de los deba­tes electorales.
Esa es la ilu­sión de demo­cra­cia en España.
Y lo peor es que muchos lo hemos creído. Hemos acep­tado que la demo­cra­cia y la polí­tica son así, que aún habiendo un mon­tón de equi­pos nos tene­mos que hacer del Madrid o del Barça y que incluso cuando lo han hecho de pena les debe­mos apo­yar, no vaya a ganar el otro. Es más, per­do­na­mos el nego­cio oscuro, que man­ten­gan a juga­do­res que jue­gan sucio e incluso que se ven­dan a otros en un par­tido: es nues­tro equipo. Es nues­tro equipo. Ni nos importa que suene a estu­pi­dez sec­ta­ria. Es nues­tro equipo. No nos repre­sen­tan, somos noso­tros los que les repre­sen­ta­mos. Hay que dejar­les bien.
Dicha anes­te­sia colec­tiva nos imper­mea­bi­liza con­tra todo. Con­tra opo­si­cio­nes silen­cio­sas y gobier­nos escan­da­lo­sos. Con­tra el enal­te­ci­miento de la corrup­ción, lo vacuo del debate, donde incluso las men­ti­ras habi­tua­les se sus­ti­tu­yen por un gran vacío que sólo es reco­rrido por el cruce de gri­tos, insul­tos y los “pues tú más”.
La Ley Sinde es una razón tan buena como cual­quier otra para no votar­les. Ori­nar en la sobe­ra­nía de tu pro­pio país dejando que otro legisle sobre él y piso­tear la sepa­ra­ción de pode­res para favo­re­cer a una indus­tria pri­vada, es como mínimo para exi­gir que rue­den las cabe­zas implicadas.
¿Que así y todo te parece estú­pido pedir que no se vote a X par­ti­dos por una ley? Estu­pendo. Piensa en cual­quier tema impor­tante para ti y mira lo que han hecho esos par­ti­dos sobre ello en el pasado. Con­tem­pla con deta­lle qué han apor­tado en mate­ria de edu­ca­ción, de empleo, de eco­no­mía, de terro­rismo, de polí­tica exte­rior, de cien­cia, de lo que se te ocu­rra. Encuen­tra el tema que te importa, mira a tu alre­de­dor y pre­gún­tate si mere­cen que les sigas votando.
Cam­biar es difí­cil, lo sé. La apá­tica pero inexo­ra­ble rueda de la polí­tica espa­ñola es reti­cente al cam­bio, y los medios con­tro­la­dos por los par­ti­dos mayo­ri­ta­rios te pedi­rán de dife­ren­tes for­mas que vuel­vas al redil. Que son un mal nece­sa­rio, que son el voto útil. Que no hagas el panoli votando a algún par­tido pequeño y sin gla­mour si al final va a per­der y a dejarte a ti en ridículo, o peor aún, abs­te­nién­dote con lo poco demo­crá­tico que es eso –aun­que en el fondo les beneficiarías-. Que lo lamen­tan si te han pegado, pero que te quie­ren y cam­bia­rán. Que les des otra opor­tu­ni­dad. Que toda esta ciber­pa­ta­leta es cosa de cua­tro fri­quis de Inter­net, y si tiene más éxito, que tiene algún oscuro inte­rés detrás, seguro, alguna movida anti­sis­tema o algún oscuro plan para des­es­ta­bi­li­zar el país. Que el cam­bio es incó­modo y la incer­ti­dum­bre te dará frío, que tan mal no nos ha ido repar­tién­dose el pas­tel estas últi­mas déca­das. Que votes sobre seguro y dejes de pen­sar en polí­tica, que es cosa de ellos.
Y te ten­ta­rán, no te quepa duda. Si en algo son exper­tos es en acu­dir al mismo reper­to­rio de men­ti­ras ampli­fi­ca­das con sus poten­tes alta­vo­ces para con­se­guir o rete­ner el poder cada legislatura.
Pero para esta situa­ción no hay par­ches. No hay cam­bio posi­ble si antes no para­mos la rueda; es una cues­tión de higiene, de lim­piar esta pocilga. Por eso yo tam­bién te pido que, por favor, no les votes. Digo más, por favor, vota a otros. No demos esto por perdido.

1 comentario:

  1. Por la ley Sinde, por la Prohibicion de fumar, por la reducion de velocidad a 110... No les votes

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